No te autoabandonas por ser madre.
Se habla mucho del autoabandono o falta de autocuidados en la maternidad como si convertirse en madre fuera el detonante de este abandono a una misma.
Realmente, cuando se es madre, el autoabandono suele crecer, ser más evidente, pero no se ha originado en la maternidad.
La falta de autocuidados se incrementa con la maternidad pero ya existía en la persona antes de ella.
¿Te cuidabas emocionalmente más antes de ser madre? Seguramente sí, pero ya existía en ti cierto autoabandono: complacencia, dificultad para poner límites, invalidación de las propias emociones… antes de tener hijos.
Y es que el tema del autocuidado y el autoabandono es más profundo de lo que parece y tiene mucha más importancia de la que le damos.
No se reduce a ponerse una crema antiarrugas o a hacer deporte. Es eso y mucho más: la posibilidad de verse, atenderse, darse importancia, validarse una misma para poder cubrir las propias necesidades en conexión con los demás.
Necesitamos trabajarnos el autocuidado. Y más cuando somos las responsables del cuidado de otros.
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