Cada vez son más las madres y los padres que deciden introducir los alimentos complementarios en la dieta de su bebé de manera que sea éste quien se autorregule en cuanto a cantidad, ritmo de ingesta y variedad de alimentos, evitando los triturados y permitiendo que sea él mismo quien introduzca los alimentos en su boca.
Esto se conoce como Baby Lead Weaning (BLW), alimentación autorregulada o alimentación complementaria a demanda.
Generalmente, las madres y los padres que desean iniciar la alimentación complementaria de su bebé de esta manera, están informados de los beneficios que ésta aporta al bebé y es sobre esta base sobre la que toman la decisión.
Sin embargo, la tendencia social generalizada es ofrecer los alimentos complementarios a los bebés siempre triturados, en forma de puré o papilla, siendo el adulto el que introduce la cuchara en la boca del bebé y estableciendo a priori la cantidad de puré que el bebé debe ingerir en cada comida (normalmente, siguiendo las pautas marcadas por el pediatra).
De esta manera, los padres y madres que desean ofrecer los alimentos complementarios de forma autorregulada se encuentran, muchas veces, con una enorme resistencia en su entorno, recibiendo constantes críticas e, incluso, llegando a sentirse juzgados por otros adultos.
Generalmente, estas críticas proceden de la tendencia social a desvalorizar lo que se sale de la norma establecida y, en España, el Baby Lead Weaning no es la norma (en muchos otros países sí lo es). Así, como todo lo que se desvía de la generalidad, este tipo de alimentación es rechazada y criticada.
Asimismo, el miedo a lo desconocido influye en el rechazo a la alimentación complementaria autorregulada. Por lo general, hemos sido alimentados a base de triturados cuando éramos pequeños, hemos visto a los bebés de nuestro entorno cercano alimentarse a base de purés y el pediatra suele recomendarlo. Por tanto, no tenemos experiencias previas con la alimentación autorregulada y eso provoca temores e inseguridad.
El miedo al atragantamiento es uno de los más obvios, así como el no poder controlar cuánta cantidad ha comido el bebé en cada comida. En cierta manera, supone que el adulto traspase su control sobre la alimentación al propio bebé y, muchas veces, al adulto no le gusta perder el control, pues esto le hace sentirse inseguro.
Muchas veces, el rechazo y las críticas proceden de familiares cercanos (especialmente, de las abuelas del bebé). Esto suele ser bastante frustrante para los padres, que han tomado una decisión informada y consciente sobre cómo alimentar a su bebé y se ven constantemente cuestionados, criticados y juzgados.
Cómo manejar las críticas al Baby Lead Weaning
Las críticas a las que los padres se enfrentan sobre la alimentación complementaria autorregulada, muchas veces, consiguen hacerles sentir inseguros sobre la forma de alimentar a su bebé.
Las personas cercanas que cuestionan la forma de alimentar al bebé, muchas veces consiguen transmitir sus propios miedos a los padres.
Muchos padres comienzan a dudar sobre si lo están haciendo bien o si no estarán infra-alimentando a su hijo. Asimismo, muchos llegan a tener miedo del posible atragantamiento.
Es muy difícil ser impermeable a las críticas, especialmente cuando éstas versan sobre la salud del propio hijo. Sin embargo, los padres pueden protegerse de ellas de varias maneras.
En primer lugar, es importante que los padres estén bien informados de lo que está haciendo. La información que les llevó a optar por el BLW es la que les permitirá sentirse seguros y confiados.
También es importante consultar con especialistas en este tipo de alimentación. Hay profesionales de la pediatría y la psicología que conocen bien este sistema y pueden acompañar y asesorar a los padres en este proceso.
Por otra parte, compartir dudas y experiencias con otros padres que estén alimentando a sus bebés de esta manera es muy reconfortante.
Asimismo, es positivo hablar con padres de niños más mayores que fueron alimentados así. Esto permitirá tomar perspectiva de los resultados del BLW.
No obstante, sería muy beneficioso tratar de explicar a las personas reacias los motivos por los que se optó por este tipo de alimentación. Sin embargo, a veces el miedo o el prejuicio son tan fuertes que no sirve de nada.
Aun así, siempre debe adoptarse una actitud empática con la persona que critica, comprender su miedo o su prejuicio para poder valorarlo desde una perspectiva realista.
Es importante tener en cuenta que, muchas veces, sólo el mero hecho de hacer las cosas de manera diferente a como ellos las hicieron les genera mucho rechazo, pues se sienten indirectamente cuestionados.
Esto es más fuerte aún en el caso de las madres de las madres (o de los padres), que ven cómo sus hijas (o sus hijos) crían a sus bebés de manera diferente a como ellas les criaron y sienten cuestionada o criticada su estilo de crianza.
10 comentarios en «Las abuelas y la alimentación complementaria autorregulada (Baby Lead Weaning)»
Nosotros no utilizamos ese método estrictamente con nuestra hija, porque a pesar de conocer el tema teníamos miedo de atragantamientos y demás. Pero como no le gustaban los triturados y no queríamos obligarla a comer, empezó a comer desde los 6 meses al menos una vez al día así,cogiendo ella los trocitos. Hasta el año apenas 2 o 3 cucharadas de puré y algún trocito de fruta, pan, maíz, etc. Llegó incluso a perder peso el 8ºmes. Nos agobiamos (y nos agobiaron) pero como la teta no la perdonaba, decidimos seguir (tampoco sabíamos que más hacer, porque obligarla no era una opción). Al año, empezó a comer de todo (no había nada que no probase) y más cantidad, pero nunca las cantidades que comían otros niños en papilla.
Ahora, con 26 meses, todo el mundo nos dice que tenemos suerte de que sea tan buena comedora, que le guste todo.
Yo no creo que sea cuestión de suerte…
Evidentemente que el caso del comentario anterior no es cuestión de suerte. Lo que ocurre es que para lo malo siempre parece que lo hemos hecho mal, y en cambio lo que nos sale bien es fruto del azar… en fin…
Nosotros con nuestro hijo no seguimos tampoco este método de modo estricto, porque realmente hay alimentos que no sabíamos cómo dárselos. Las zanahorias, tomates, brécol, gajos de mandarina, pan, macarrones… los puede coger él, pero por ejemplo la carne no la puede comer si no se la desmigamos y se la damos con la cuchara. También le damos arroz cocido con la cuchara, y cereales comerciales en ocasiones. Las cantidades incluso a cucharadas las marca él, por descontado, no imagino cómo podría yo decidir por él, si deja bien claro girando la cara cuando ya no quiere seguir comiendo.
Lo que sí veo es que la cantidad que come, si se hiciese en puré, sería bastante menos de lo que pretenden hacerles comer a otros niños, a mí me parecen unas cantidades tremendas. De ahí vienen muchos problemas con la comida creo yo, porque en nuestra familia todos hemos sido alimentados con purés y "malcomedores".
Fabuloso el artículo!! Es totalmente cierto… Mi hija no quiere la cuchara ni para jugar con ella, sin embargo la fruta en trozos o gajos se enfada cuando se le termina, lo mismo con el pan. Es realmente una experiencia desagradable el darle la papilla para ella y para mí, pero no para mi madre (la abuela) que se empeña en darle todos los días un poquito "para que vaya acostumbrándose". No sé a qué, ¿a comer papilla? Yo hace más de 30 años que no me como una…
Mi suegra hasta le apartaba las manos para que no pudiera tocar la comida! Con lo que le gusta a mi niña coger la comida con las manos y probar! Aún así las abuelas nos han respetado bastante… que no aprobado… eso sí, luego están orgullosísimas de lo bien que come la niña… Algo tendremos que ver con que coma tan bien, no? Yo creo que hay parte de suerte y parte de método, pero estoy de acuerdo con caminoconpatucos con que cuando sale mal siempre es culpa nuestra y cuando sale bien es suerte.
Nosotros casi siempre le hemos dado la comida adaptada de lo que comíamos nosotros. Por supuesto que si hacemos una crema de verduras ella come crema y no se lo doy a trozos… para la carne se la piqué un par de veces cuando era más pequeña porque si le dejábamos el trozo entero se metía trozos muy grandes en la boca y no nos sentíamos cómodos. Pero en seguida fue suficientemente mayor (7-8 meses) para que se la ofreciéramos cortadita a trocitos muy pequeños. Y no veas como reclamaba! No me daba tiempo a cortar!
Nosotros si que seguimos este método desde el principio, mi hija tiene 18 meses y nunca ha comido una papilla. Al principio si que tuvimos bastantes críticas, creo que la clave es estar seguro de lo que haces. Hoy día sigue comiendo de todo y muy bien, pero claro, las cantidades siempre son menores que en puré. Mi suegra a veces aún dice "esta niña come poco", la respuesta sigue siendo la misma "poco o mucho, come la cantidad que ella quiere" Éso creo yo que es lo más importante, que ella tenga el control sobre lo que come, ¡a ver si cuando nacen saben exactamente la cantidad de leche materna que necesitan y resulta que a los 6 meses pierden esa capacidad!
Recién me enteré de este método despues de haber empezado con las papillas que las comía bien hasta que ha llegado el 9º mes no quiso comer nada tan solo tomar leche materna, me agobié mucho y hasta le obligaba un poco de comer las dichosas papillas , cosa de lo que me arrepiento y la pediatra me dijo que lo dejara pasar hambre y no le diera el pecho pero no le hice caso y continue con las tomas no me daba cuenta que lo que quería era comer él mismo y no pures. Llevo unos días con este tipo de alimentación y le dejo comer cuando tiene apetito y la verdad que va comiendo y saboreando nuevos alimentos y texturas y es feliz. Me hubiera gustado haber empezado con este tipo de alimtacion desde los 6 meses pero nunca es tarde y se que con mucha paciencia se logra. Le continúo con las tomas de leche materna pese a que me dicen que ya se lo debo quitar.
Muy interesante el artículo, Mónica. Como psicóloga, me pregunto si parte de los trastornos de la conducta alimentaria se podrían prevenir con este tipo de alimentación del bebé. Muchos de mis pacientes con TCA (sobre todo con anorexia), me han reconocido que el no comer constituía un intento de mantener el control sobre su propio cuerpo, enfrentándose así a sus madres (con las que tenían habitualmente la batalla por la comida).
En este tipo de trastornos, además de la excesiva preocupación por la imagen corporal, también se da un componente relacional muy importante, en el que la comida se convierte en una forma patológica de intentar a la vez lograr la independencia y seguir siendo cuidado por los progenitores (por miedo a dicha independencia).
Es posible que el respeto a la alimentación autónoma del niño respecto a las cantidades, unido a la preocupación por su bienestar (proporcionándole una alimentación sana), hiciese que la comida dejase de convertirse en una guerra, y además proporcionase al niño una sana sensación de independencia a la par que de ser cuidado.
Monica das en el clavo con tu analisis de la situacion. Nosotros practicamos el metodo con nuestra hija y tenemos criticas por parte de la familia pero lo entendemos,es algo que nunca se ha visto en su entorno. Por suerte nuestra mejor arma es la confianza y seguridad en el metodo y el apoyo de otros padres que lo realizan o han llevado a cabo
El baby led weaning no es una moda ni.un metodo para comer o no comer, sino algo mas alla, es respeto por los ritmos del bebe y confianza en su capacidad para decidir que y cuanto comen, y si les dejas te llegan a sorprender? Es una experiencia increible y muy agradable
Me ha parecido estupendo que un profesional de tu sector hable de este tema que causa tanta polémica…muy bueno¡¡
Solo me ha faltado que hoy se atragantara con pan delante de mi suegra. Todos se han puesto en mi contra y yo casi me muero del disgusto. A mi nena de 7 meses por suerte no le ha pasado nada. Pero ya no me puedo mantener firme en mi decisión. Al traste todo…