Antes tendía a ignorar aquello que mi corazón me decía y a dudar de mí como mamá primeriza. Con Maternidad Feliz, Crianza respetada he aprendido a agudizar mis sentidos para escucharme más, validar mis propias emociones, confiar en mi brújula interior, ser más compasiva conmigo y tomar los errores como aprendizajes. Es una formación muy profunda, muy completa. Me encantó encontrarme en las vivencias de otras mujeres, con quienes ahora guardo un vínculo y un cariño muy especial. Recomendaría esta formación a las madres y las profesionales que atienden infancia y familia. A las primeras porque encontrarán recursos muy valiosos para alivianar el camino cuando se pone tenso y difícil, porque encontrarán respuestas y alternativas a los retos que plantea la maternidad. A las profesionales, porque es indispensable ponerse en la piel de una madre que intenta ir por el camino de la consciencia, porque es importante profundizar en los contenidos que a veces en la formación académica formal no se toman con la suficiente profundidad.