Es un primer paso fundamental porque, al vivir en sociedades violentas, hemos normalizado tanto los actos violentos que muchas veces no podemos ni tan si quiera identificarlos como tales. Así que el hecho de querer criar sin violencia ya implica la no-normalización de algunas violencias. Esto es muy importante pues indica que se ha iniciado el camino hacia lograr relaciones menos violentas.
He decidido utilizar en el texto el concepto de menos violento en vez de no violento porque, siendo completamente honesta, creo que llegar a relaciones no violentas al 100 por 100, es imposible. Así que para no crear falsas expectativas que luego generan muchas frustraciones, prefiero utilizar este concepto más relativo (aunque también, menos atractivo). Es la manera que he encontrado de poder transmitir sintiéndome honesta.
Para seguir con honestidad, la configuración de este curso me ha costado bastante. He revisado, cambiado, reconsiderando una y otra vez el contenido y su organización.
Y es que el objetivo de este curso es ofrecer recursos para la reducción de la violencia en la crianza basados en el trabajo interior, en la auto observación, en el auto análisis, en el conocimiento y el reconocimiento desde una perspectiva compasiva, comprensiva y sostenedora tanto de las madres y los padres como de las criaturas, porque cuando de violencia de trata, todas hemos estado en los dos lados alguna vez.